PARDELA

El restaurante se encuentra empotrado en el corazón del tradicional Polanco, con una decoración acogedora, yo me sentí como en un local exterior madrileño dentro de un restaurante, todo muy cálido. Sobra decir que el servicio es espectacular.

Una de las entradas que más disfruto en la vida son los calamares fritos, así que no dejé pasar la oportunidad y diez de diez: crocantes. Lo que se llevó la tarde fue sin duda las almejas portuguesas al vino… ¡¡¡ufff!!! Y al final mojar el pan… pocas sensaciones así en la comida. También me encantó el pulpo a la gallega, bien sazonado y en su punto.

Pardela es uno de esos lugares que cuando terminas de comer acabas muy feliz, porque imagina… estar comiendo paella con una cerveza fría, en un lugar que te arropa… qué más.

De cerveza pide la Estrella reserva especial 1906, me lo vas a agradecer.

Honestamente, los precios me parecieron bastante justos, si consideras que es cocina internacional, está en Polanco, con un ambiente gentil, servicio espectacular (2 a 3 personas al pendiente de tu mesa). Sin duda un lugar que vale la pena visitar. Espero regresar pronto a probar otros platillos.

Esta es una de mis visitas que más he disfrutado últimamente a un restaurante español.