El Fuzz me parece una de esas joyas que alberga la San Rafael; la calidez del lugar, su carta y sus anfitriones te hacen sentir como en una tarde en la sala de tu casa con tus amigos mientras platican y se toman algo, el motivo es lo de menos lo importante es reunirse.
Entré un sábado en la tarde, estaba cerca y se me antojó una de mis bebidas favoritas, el cold brew tonic. The Strokes sonaba mientras observaba cómo preparaban la bebida y a un costado hacían una chapata que me abrió el apetito. Tuve que pedirla.
¿Qué mejor combinación para ese calorcito? Acompañados de buena música y una buena conversación, que cabe destacar, es lo primero que se puede leer en su menú “Café, música y wiri wiri”.
Después de un rato, comenzó a sonar soul coreano, así que atención a la selección musical que me parece algo tan exquisito como su menú.
En fin, café, comida y música, sería muy burdo el sólo dejarlo en estas categorías, en el Fuzz se encuentra todo lo necesario para pasar un rato agradable, ya sea una cita, una reunión de amigos o incluso si vas por tu cuenta, el espacio es ameno y acogedor.
Si te das una vuelta por la zona, pasa a saludarlos y te recomiendo pedir la chapata de pierna ahumada, mayonesa, germen de trigo y pepinos, acompañada de su mermelada de guayaba, una receta de la casa que corona a este manjar.
