Magia y conexión
Hace mucho tiempo tuve la oportunidad de visitar en distintas ocasiones la ciudad de Hermosillo y ahí probé por primera vez el bacanora, una variante del mezcal, por lo que el sabor no me pareció tan ajeno, pero eso sí, diferente y más disfrutable (desde mi paladar). Después, por razones similares, visité con cierta regularidad el estado de Chiapas y ahí probé el pox, un destilado de maíz que me gustó. En años más recientes empecé a escuchar historias sobre el sotol, una bebida que más bien sonaba a lumbre, clandestina, potente y diferente, pero hasta hace poco tuve la oportunidad de probarlo.
Conocí a Ricardo Pico por meet, una entrevista a distancia ya que él vive en Chihuahua y yo en la CDMX, antes de reunirnos hice un breve scroll por su Instagram, entonces descubrí que conversaría con un verdadero amante de las bebidas, con alcohol, claramente. Los inicios de Ricardo giran sobre la economía, cerveza, sidra y la mercadotecnia; fue gracias a su agencia de publicidad (en sociedad con unos amigos) que tuvo por primera vez contacto con el sotol, ya que llevaban la cuenta de una marca de la región. Al convertirse en el responsable de la cuenta se involucró cada vez más en todo lo conlleva la historia, producción, distribución y otras “problemáticas” de esta bebida.
La historia corta (la versión larga la puedes escuchar e nuestro podcast – Episodio 7) es que después muchos andares, rechazos y caminos azarosos entre Coyame y Chihuahua, Ricardo conoce a Lalo Arrieta, maestro sotolero, y juntos, en sociedad, surcan los caminos de nueva idea.
Dasylirion, mejor conocida como sotol de desierto, es la planta de donde se extrae esta bebida, que muchas veces se confunde con un mezcal proveniente de un agave, pero no, el sotol se extrae de una especie distinta, una que a simple vista se asemeja más a una pequeña palmera. El sotol absorbe todas las esencias de la tierra donde le toca vivir, incluso de las variantes que coexisten dentro de la zona que abarca el desierto: tierra mojada, setas, mentol, eucalipto, trufa, minerales y pino entre otras naturalezas. El proceso de elaboración es muy parecido al mezcal: recolección, cocción, molienda, fermentación y destilación; en el caso del sotol de Lalo y Ricardo éste pasa por un doble proceso de destilación, al resultado de la primera le llaman “vino” y fluctúa entre los 28 y 30 grados, a la segunda le llaman “resaque” y arroja una bebida de alrededor de 65 grados, ya con el “ajuste” se obtiene un licor de 43 grados de alcohol.
En el recorrido de Ricardo y Lalo aparece Iván Saldaña, un viejo conocido ya para los que nos gustan los destilados mexicanos; así, en complicidad, lanzan al mundo lo que hoy podemos disfrutar y llamar NOCHELUNA. En 2022 es el lanzamiento oficial con el propósito de contar la historia de Chihuahua, promover y mostrar los atributos del sotol, una bebida muy de la región hasta hace poco. Personalmente, como diseñador de contenidos, el diseño de la etiqueta me parece sofisticada y ésta es una palabra que me gusta usar cuando la tradición se lleva a otro nivel y esto permite revalorizar lo que en un momento histórico permaneció en al anonimato, el desdén o simplemente es algo que merece tener mayores beneficios, tanto sociales como culturales o económicos. Ricardo, nos comparte que el proceso de elaboración de NOCHELUNA conserva la esencia del sotol, lo único que se ha buscado es la consistencia del ensamble de lotes a través de la inclusión de algunas tecnologías, lo cual garantiza que siempre tendremos los mismos sabores y aromas en su sotol.
“NOCHELUNA es un destilado mexicano único e inigualable proveniente de la extraordinaria y resiliente planta Dasylirion (sotol) que nace en el desierto salvaje de Chihuahua.”
Fuera del mezcal, a mi parecer muchos de los destilados mexicanos son un golpe de alcohol, aunque me faltaba por probar el sotol. Para mí, NOCHELUNA tiene estos aromas de tierra, humo, sin el revés etílico, lo cual la hace “bebible”, en sabores percibo tonos herbales, dulces y retrogusto avainillado, si me permites la expresión. Sin duda, es una bebida amigable, con sabores y aromas que rebasan el carácter antiséptico de algunos destilados, lo que la convierte en la bebida ideal para beberla directo o usarla en cocteles. Si bebes directo NOCHELUNA, Ricardo sugiere acompañarlo con manzana y chile chiltepín (del cual también me declaro fan), en su Instagram podrás encontrar sugerencias para preparar cocteles.
El nombre de NOCHELUNA está inspirado en el corrido de Chihuahua, ya que representa la esencia e historia del estado más grande en territorio de México, hay un fragmento en el corrido que dice: Lindas las noches de luna alegradas con sotol, sin duda el nombre perfecto para un brebaje que nos alegrará muchas noches. Seguramente cuando ingreses al Instagram de NOCHELUNA te encontrarás algunas fotos de Lenny Kravitz, esto porque al principio de su gestación se sumó como socio el cantante, actor, fotógrafo, compositor, multiinstrumentista y productor estadounidense; lo cual le ha dado un impulso global al proyecto.
NOCHELUNA lo puedes encontrar en algunos bares y restaurantes de la CDMX y distribuidoras principales de alcohol: La Europea, Vinoteca, Bodegas Alianza, Walmart, entre otras.
NOCHELUNA
Las cualidades a la nariz son de herbacidad intensa con aromas a frutos secos, miel y ligeras notas ahumadas a mesquite. Con un sabor de entrada dulce y caremélica, seguida de notas florales y hiervas silvestres. Al final, una sensación de tierra mojada, toques a humo de maderas exóticas.
Ricardo Pico, cofundador y embajador de NOCHELUNA.
INSTAGRAM: NOCHELUNA