Ollas sobre braseros, el olor de la barbacoa y del mixiote, fritangas, sillas y mesas de plástico adornadas con servilleteros y salsas, así me recibió un sábado el Tianguis Tabacalera en mi camino por la colonia homóloga.
Este ambiente defeño (o cedemexiquense) es el preámbulo perfecto para entrar a un espacio que destaca por su decoración y personalidad citadina: el Club de café y amigos, Yonke.
Ese día pude conocer a Manu, con quien platiqué un poco mientras preparaba un espresso y otras bebidas, verlo preparar el café con tal tranquilidad mientras seguía la conversación te lleva a un momento de relajación, es como si llevásemos tiempo de conocernos, la conversación con él y otros amigos suyos que estaban en el lugar confirmaron el porqué se definen como un club.
La decoración es otro punto a destacar, un escenario vintage y sencillo, si eres amante del arte y el diseño te va a encantar. Y si no, también.
Es interesante la propuesta cultural que tiene esta cafetería, ya que ofrece exposiciones artísticas, además de que suelen tener pop-ups, te sugiero seguirlos en redes para no perderte de nada.
El espresso estuvo increíble, cremoso y balanceado. Te recomiendo pedir el Mojito del campo que, como su nombre lo indica, está para sentirse en un picnic por la frescura que tiene, también te sugiero probar el Yonketonic. El lugar es muy acogedor, ideal para detenerte a tomar un buen café y conversar un poco. Yonke sin duda me dejó con ganas de regresar.